Abeja Asesina
Abeja Asesina
Esta abeja híbrida en zonas tropicales acentúa su ritmo de reproducción (enjambrazón) tendiendo a una selección r más que las razas europeas de Apis mellifera que prácticamente se comportan con selección K.
La conducta agresiva de la subespecie de abejas africanas se debe al tamaño y a la distribución de los neuropéptidos -moléculas cerebrales- que intervienen durante el comportamiento agresivo, según denota un estudio publicado el pasado mes de mayo en la revista especializada Journal of Proteome Research.
A las abejas las mata la agricultura del monocultivo con sus herbicidas, plaguicidas e insecticidas, como el Glifosato, los Neonicotinoides, el Clorpirifos, el Malathion o el Spinosad - la lista es interminable - pero no las mata uno de ellos, sino, la combinación de todos.
Las abejas se alimentan del néctar y polen de las flores. Tanto las obreras como la reina se nutren de jalea real cuando son larvas, alrededor de 3 días.
La carga tóxica de los venenos que inoculan los insectos varía, pero se estima que ésta puede ser letal a partir de 100 y 500 picaduras en un niño y en un adulto, respectivamente. «Las abejas no son animales violentos.
El veneno de la picadura de abeja contiene proteínas que afectan las células cutáneas y el sistema inmunitario, lo que provoca dolor e inflamación alrededor del lugar de la picadura.
Para evitar la aparición de abejas se recomienda utilizar plantas, inciensos o pulverizadores aromáticos de albahaca, lavanda, laurel o citronela, así como evitar flores o plantas con aromas frutales que las atraigan.
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